¿La Atención Plena es una panacea?

bienestar desarrollo personal efectividad Feb 22, 2021

Hoy en día la cantidad de artículos de todo tipo sobre la Atención Plena, que se pueden encontrar en internet es enorme y en cierta medida abrumadora. Muchos de ellos hablan de los beneficios que se pueden obtener en el campo de la salud física, mental y emocional. ¿Será la Atención Plena una panacea?

La palabra panacea significa ser un remedio para curar todos los males. La pregunta es interesante a la vez que desafiante para los que practicamos la Atención Plena desde hace varios años. No me atrevería, a pesar de mi experiencia, a hacer tal afirmación porque puede sonar muy pretenciosa e incluso sonar a charlatanería.

En todo caso, puedo citar a la Dra. Susan Smalley (Smalley & Winston, 2010), quien resume en uno de sus libros de manera muy completa, cómo la práctica de la Atención Plena se convierte en una poderosa herramienta para generar bienestar, visión con la que estoy de acuerdo no sólo intelectualmente, sino vivencialmente.

“La investigación emergente sobre la Atención Plena hace que parezca una panacea para todo lo que nos aflige, y tal vez pueda considerarse una solución simple a problemas complejos.

Aunque la Atención Plena no va a remover los altibajos de la vida, sí puede cambiar la forma en que experiencias como perder el empleo, divorciarse, la lucha en el trabajo o la escuela, nacimientos, bodas, enfermedades y moribundos, nos influyen, y la forma en que influimos sobre dichas experiencias. En otras palabras, la Atención Plena cambiará tu relación con la vida.”

Smalley, S. L., & Winston, D. (2010). Fully Present. Da Capo Press.

Sin entrar en los detalles, les puedo compartir que mi práctica de Atención Plena impactó de manera muy positiva la forma como enfrenté mi divorcio, la pérdida de comunicación de mi hija menor a raíz del divorcio, una pérdida de empleo a la edad de 55 años, el inicio de un negocio que después de cinco años de esfuerzo tuve que cerrar porque no lo pude consolidar.

No les puedo decir cómo hubiera enfrentado estos desafíos sin la ayuda de mi práctica de Atención Plena, pero lo que si les puedo decir es que el proceso de separación de mi esposa fue muy doloroso pero no conflictivo, la falta de comunicación con mi hija menor a la que adoro, ha sido una enorme lección de amor incondicional, y la forma en que decidí iniciar la aventura del negocio propio después de mi despido a mis 55 años, estuvieron constructivamente atemperados por mi práctica de Atención Plena.

Recuerdo que cuando inicié el negocio, me impuse una consigna que además serviría para medir el éxito de este, siguiendo el concepto del éxito más allá de éxito de Fredy Kofman (Kofman, 2011), que tiene que ver más con la forma de hacerlo que con el resultado. El resultado dependería además de mi trabajo y entrega, de muchos imponderables que no estarían bajo mi control. Sin embargo, la forma de hacerlo dependía 100% de mí, así que mi consigna fue: “sin importar el resultado, tienes que divertirte, aprender y conocer personas”.

Con esto en mente, las veces que experimenté frustración, angustia, desesperación, miedo, coraje porque el negocio no marchaba como quería, me ponía a meditar para conectar con mi consigna y darme cuenta de que no me estaba divirtiendo ni aprendiendo por estar enfocado en la falta de resultados. Y entonces, aparecían en mi escenario de consciencia las lecciones que podía yo aprender y las razones para reconocer estas experiencias como divertidas y hacerlas de manera relajada y sin esperar un determinado resultado. No quiero decir con esto, que el resultado no fuera importante, simplemente que no era lo suficientemente importante como para quitarme el sueño, la diversión y la paz interior.

Por estas experiencias y otras similares es que puedo estar muy de acuerdo con la Dra. Smalley en que la Atención Plena modificó no sólo la forma en como estas me influyeron sino también la forma en cómo yo influí sobre estas.

Lejos se establecer un debate sobre si la Atención Plena es una panacea, te invito a desarrollar esta práctica de Atención Plena y comprobar por ti mismo si se modifica tu relación con la vida.

Te espero en mi curso básico de Atención Plena.

Referencias bibliográficas

Kofman, F. (2011). La empresa consciente. México: Punto de lectura.

Smalley, S. L., & Winston, D. (2010). Fully Present. Da Capo Press.

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